miércoles, 7 de enero de 2009

El curioso impertinente



Los hombres son curiosos y el amor impertinente.
La curiosidad como madre de grandes males no sólo ha matado al gato, sino que también a muchos hombres y a algunas mujeres. En los escritos sagrados y hasta en las tiras cómicas, los personajes curiosos son víctimas de grandes calamidades.

Hombres necios,
que acusáis a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si la incitáis al mal?

Combatís su resistencia,
y luego, con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Sor Juana Inés de la Cruz

1 comentario:

soldevilla dijo...

Sor Juana es una de mis poetisas preferidas; tuvo que pagar el precio de ser mujer, de ser americana, de no ser de alcurnia... pero los lectores la hemos redimido reivindicando sus maravillosos textos.